La Blue Beauty es la nueva Green Beauty: aquí las claves de esta corriente al alza para celebrar el día de la Tierra

Green Beauty, aquella belleza sostenible de aires renovadores, supuso el retorno de lo natural en su sentido más amplio: ingredientes orgánicos procedentes de la madre Tierra, derivados de plantas, raíces y flores, con un mayor trasfondo ecológico, respetuoso con la piel y el planeta, en detrimento de moléculas sintéticas; un cuidado alternativo, saludable y libre de contaminantes que dio paso a la filosofía “sin”, donde ftalatos, sulfatos y parabenos, no tenían cabida en la nueva formulación verde.

Productos cosmética de calidad en Pure Niche Lab
Foto: Jernej Graj · unsplash.com

Más tarde asistimos al advenimiento de la que pronto denominaron Clean Beauty (belleza limpia), dando un giro de tuerca a la tendencia precedente, un movimiento donde la transparencia en los INCI y la trazabilidad de principio a fin de la cadena de producción, eran los pasos necesarios a seguir a la hora de fabricar. La ética empezó a calar hondo, importaba más cómo y dónde se cosechaban los ingredientes y qué recursos se utilizaban para fabricar los productos. La Blue Beauty es el siguiente paso, un salto que mantiene todo lo anterior pero añade nuevas inquietudes: una nueva conciencia como el respeto a los océanos y la economía circular para minimizar el impacto al planeta derivado de la producción cosmética.

En respuesta, la industria comienza a comulgar con la filantropía medioambiental y empieza a mostrar una actitud proactiva respetando con sus acciones el bienestar del medio y los océanos en particular, como tener en cuenta el ciclo de vida de un producto, que a su vencimiento sea recuperado y reutilizado para eliminar desechos, primando su biodegradabilidad, el impacto de la huella de carbono y cómo se produce la materia prima. Pero no confundamos, la Blue Beauty no se refiere solo a productos con ingredientes derivados del mar, pero sí amigables con la flora y fauna marina, como los arrecifes de coral, como los libres de plásticos y sustancias químicas como la oxibenzona, octinoxato o los aceites minerales.

El 80% de la basura marina proviene de fuentes terrestres (de ese porcentaje un 75% son plásticos). Se imponen soluciones de envasado ‘cero residuos’, de base biológica, 100% compostables y packagings derivados de las algas o los hongos. Se vuelve necesario colaborar con iniciativas como Water.org, que intenta poner fin a la crisis mundial del agua centrándose en abastecer de agua potable y recursos de saneamiento a las familias más desfavorecidas de todo el mundo. Marcas como la húngara Omorovicza cede un 5% de las ventas de uno de sus best seller, la bruma hidratante embellecedora Queen of Hungary Mist, para colaborar con este proyecto. Una actitud solidaria y eco-responsable que se hace extensiva al resto de la gama, ya que, Stephen y Margaret, sus creadores, creen que el futuro de la belleza no debería incluir ingredientes químicos nocivos e innecesarios (como glicoles, ftalatos, aceites minerales, aromas sintéticos o filtros solares químicos), siguiendo una férrea política de cero desechos.

Y es que el agua es el bien más preciado para esta marca de lujo que, no en vano, se nutre de las propiedades minerales curativas de las aguas termales de Budapest, siempre respetando la sostenibilidad de las fuentes donde obtienen la materia prima. Igual de importante que para la inglesa Medik8, como marca arraigada en la ciencia y la naturaleza (sus fórmulas son 100% veganas), declaran abiertamente amar y respetar el agua y en concreto, la vida marina. Por esta razón prescinden de las microperlas plásticas tan perjudiciales para la vida marina, presentes en muchos productos cosméticos, especialmente los exfoliantes. En su lugar, han optado por micro-esferas de jojoba presentes, por ejemplo, en Pore ​​Refining Scrub™ así como micro-exfoliadores de bambú que componen la fórmula de Brightening Powder Cleanse™.

Productos cosmética de calidad en Pure Niche Lab
En la foto: gama Blue Diamond de Omorovicza

Y no solo eso, además de que sus fábricas funcionan con fuentes de energía 100% renovables, utilizando química verde (la ciencia de fabricar productos utilizando un proceso de eficiencia energética, desde la investigación inicial y el abastecimiento de ingredientes, hasta la fabricación final), en 2018 la marca retiró todos los insertos de plástico del packaging de sus productos y lo reemplazaron por una tarjeta 100% reciclada y certificada FSC (que proviene de bosques bien gestionados o de fuentes recicladas), dando como resultado envases completamente reciclables, lo que ahorra más de tres toneladas de plástico cada año que dejarán de contaminar los entornos marinos. Y la lista continúa. Medik8 tiene en marcha numerosas acciones solidarias y comprometidas, como crear botellas de plástico PCR (Post Consumer Recycled Plastic) procedente del océano para su gama profesional. El objetivo: ser la marca de cuidado de la piel dirigida por profesionales más sostenible del mundo. Y seguiremos avanzando… Feliz día de la Tierra.