TERAPIA FORESTAL, el mejor antídoto contra el vacío emocional
Esta es la paradoja de las sociedades del S. XXI: cuanto más urbanitas nos volvemos, más necesitamos evadirnos para sanar nuestro vacío emocional. Estamos asistiendo a una alarmante peregrinación desde los pequeños núcleos rurales hacia las grandes ciudades. Nos dejamos someter por la hegemonía digital, pasamos mucho tiempo encerrados y estamos divorciados del entorno natural; esta nueva forma de vida nos está privando de lo que muchos se atreven a calificar como “el alimento fundamental para el alma”: estar al aire libre, la más poderosa de las terapias. Tanto, que hasta los científicos han adoptado un nuevo término: “Nature Deficit Disorder”. No es ninguna broma…
No en vano, estamos viviendo la edad de oro del “escapismo”. Elegimos acampar en un tipi indio en medio de la nada antes que sucumbir a las comodidades 5 estrellas de un gran resort. Y es que las investigaciones lo confirman: pasar unos minutos en contacto con la naturaleza tiene un gran impacto en la salud y el estado de ánimo. Ya lo defendió el Dr. Qing Li, el mayor experto en Medicina Forestal, con su terapia Shinrin-Yoku (en japonés “shinrin”: bosque; “yoku”: baño), su prolija investigación confirmó que estos baños forestales eran capaces de reducir el estrés y modular la demoledora hormona que bajo su acción se segrega: el cortisol, posiblemente el desencadenante de muchas de las enfermedades actuales. Sus argumentos fueron tan sólidos, que esta tendencia terminó echando raíces en EE.UU., enredando a propios y extraños, hasta creando un club para militantes: Forest Bathing Club, con sede en San Francisco (California).
El Dr. Li propone bañarse en la naturaleza a través de los sentidos. No se trata de hacer trekking ni sprints para llegar a la cima, sino conectar. Escuchar el ronroneo del agua en su natural discurso por su cauce, o el vaivén de las hojas y el tarareo de los insectos y los pájaros, tocar la humedad del terreno, sentir su arcillosa densidad, abrazar los árboles y experimentar su longevo legado, oler esos matices agrestes del entorno, su aroma balsámico, el inconfundible perfume de los añosos pinos o las bayas. Esta simple actividad puede ser de lo más terapéutica. Y todo tiene una explicación, al conectar con la naturaleza inhalamos unos compuestos químicos que exhalan las plantas: las fitoncidas, que vienen a ser sus aceites esenciales, las partículas volátiles que las distintas especies exhalan para ahuyentar hongos e insectos pero para los seres humanos, son curativas.
La acción de estas moléculas sobre el organismo son muchas: aumentan la producción de natural killers, las células asesinas naturales por excelencia que refuerzan nuestro sistema inmune y lo protegen de múltiples afecciones, regulan el cortisol, impulsan las endorfinas y ayudan a segregar serotonina (el buen rollo está asegurado). Hay estudios incluso que aseguran que avivan la claridad mental y difuminan la depresión. Hay motivos más que suficientes para darse un buen baño forestal. El problema: a veces la naturaleza nos pilla a desmano, por ello, es de celebrar ideas como la que ha tenido la marca inglesa experta en aromaterapia Aromatherapy Associates con Forest Therapy Bath & Body Oil, un blend para baño y ducha que a nada que cierres los ojos, te transporta a los bosques más legendarios del planeta.
Una sabia mezcla de hierbas, maderas, resinas, cítricos y especias que actúan en sinergia para emular los mismos efectos terapéuticos que produce el contacto sensorial con la naturaleza, inspirada precisamente en la esencia del Shinrin-Yoku y sus curativas conclusiones. Aunque los maestros de orquesta son la pimienta rosa nativa de los Andes peruanos, cargada de esa gran energía que destilan aquellas tierras sagradas; las bayas de enebro depurativas y protectoras de las regiones montañosas de Macedonia; el poderoso ciprés mediterráneo o el efervescente limón siciliano, hay otros ingredientes potentes en esta receta que merece la pena mencionar, como el alcanfor o Ravintsara, un restaurador energético sin igual que reduce la inflamación, estimula el sistema inmune y aplaca neuralgias; pachuli, vetiver y cedro, sus terrosas energías nos anclan a la tierra, nos hacen sentir fuertes y arraigados; ciprés, pino silvestre y palo de Ho, balsámicos, reconfortantes, protectores… Hoja de eucalipto, naranja amarga y limón, refrescan, avivan, azuzan los sentidos.
Puedes beneficiarte de las virtudes de Forest Therapy Bath & Shower Oil agregando unas gotas a un baño caliente y otras pocas en la palma de la mano inhalando previamente varias veces; puedes aplicarlo en el torso para que la volatilización de los aceites inunde tus fosas nasales; o puedes aplicarlo en la planta de los pies, la piel de esta zona es más gruesa, por tanto es menos susceptible a irritaciones, pero los poros son de mayor tamaño, por lo que los aceites entran en el torrente sanguíneo más rápido. Además, según la Medicina Tradicional China, los pies representan el cuerpo entero, aplicar aceites esenciales en esta zona puede beneficiar a cualquier parte del cuerpo. Y cuando las circunstancias no lo permitan, Aromatherapy Associates ha desarrollado un remedio de urgencia: Forest Therapy Wellness Mist, una bruma nómada que te permitirá disfrutar de la terapia forestal en cualquier momento y lugar.
¿Cómo describir con palabras la poderosa sensación que produce conectar con la naturaleza? No sabemos narrarlo, pero conocemos esa sensación, una información que está en nuestro interior grabada de forma indeleble, y Forest Therapy es una buena forma de despertar esa memoria atávica. Como dice la marca: slow down and breathe deeply…