Fabergé de Ladenac: una obra maestra de la joyería convertida en cera

Son, posiblemente, los objetos de arte de la alta joyería rusa que más intriga y devoción han desatado a lo largo de la historia. Hasta 50 huevos de Pascua imperiales fueron creados por Peter Carl Fabergé para la familia imperial rusa desde 1885 hasta 1916, y se consideran el máximo logro de la famosa casa de joyería rusa. La serie comenzó en 1885, cuando el emperador Alejandro III, encargó a Fabergé un huevo como regalo de Pascua para su esposa, la emperatriz Maria Feodorovna, convirtiéndose en el orfebre por nombramiento especial para la corona imperial.

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Fabergé tenía libertad creativa y no escatimaba en detalles, por lo que cada una de sus creaciones contenía lo más excelso del reino mineral: diamantes, zafiros, rubíes… Todos finamente engastados en bases de oro puro o lacas finas con intrincados adornos que los convertían en auténticas piezas de museo (alguno se ha llegado a valorar en 33 millones de dólares). Cada huevo albergaba en su interior una sorpresa oculta. Así nació la tradición de los huevos de Pascua como obsequio. Su leyenda ha atraído a seguidores de todo tipo, desde coleccionistas a historiadores de todos los rincones del planeta, manteniendo vigente la leyenda de los huevos más caros del mundo.

¿Qué pasó con los huevos imperiales? Al parecer el destino de 8 de ellos aún sigue siendo un misterio, algo que constata su legendaria fama de haber sido vistos solo por unos pocos de la alta élite. Pero por paradójico que pareciera, lo más importante de un Huevo de Fabergé no era su exterior, sino su interior, donde se escondían pequeños tesoros sorpresa de extremada calidad, como tiaras de diamantes o colgantes multi piedra. Un claro símil con la colección de velas perfumadas de Ladenac Milano que rinde homenaje a los ostentosos huevos y su extravagante historia, porque lo que trasciende de su decorado exterior es una magnífica mezcla aromática que nos hace soñar con la flamante era de los zares.

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Patrick Douenat, fundador y alma de Ladenac Milano, atraído por las famosas creaciones de Carl Fabergé, se inspiró para crear su última colección “Huevos de Cerámica”, un total de 13 velas perfumadas de auténtico lujo, todas ellas con diferente diseño y una única fragancia: Boisse de Russie, un aroma señorial y sofisticado donde prevalecen notas ahumadas, de cuero, tabaco y madera. Esta colección se ha diseñado en dos versiones: formato Premium, de generoso tamaño (12 cm de diámetro y casi 17 cm de alto), con una capacidad de 450 gramos y más de 70 horas de combustión; y estándar, con 220 gramos de cera y 55 horas de combustión.

Cada huevo está realizado en cerámica pintada a mano con oro de 18K y fina pedrería de cristal engastada. La cera de las velas perfumadas de Ladenac es una mezcla vegetal ultra natural compuesta por soja, coco y manteca de mango (dicen que la receta es casi secreta), con mecha de algodón 100% de combustión lenta y limpia, elaboradas por la mítica cerería Vila Hermanos, en el valle de Albaida (Valencia), y aceites esenciales y extractos aromáticos apreciados por su exquisitez y rareza provenientes de Grasse.